“Lo peor fue perder mi masculinidad en silencio”
A partir de los 56 años, Ramiro Montalvo empezó a notar señales preocupantes: se levantaba varias veces por la noche para orinar, con un chorro débil y doloroso. Las erecciones eran cada vez más débiles, y la sensación de deseo desaparecía poco a poco. Dice que llegó a usar pañales a los 57 años, y que lo más doloroso no fue eso, sino ver a su esposa mirarlo con compasión, no con deseo.
Durante mucho tiempo evitó ir al médico por vergüenza, hasta que finalmente recibió un diagnóstico: Próstata Ciega, una condición silenciosa que afecta la función hormonal y urinaria. Probó de todo: medicamentos, ejercicios, fisioterapia. Nada funcionó.
El cambio vino por casualidad, cuando su hijo notó que Luis iba menos al baño los días en que comía un postre casero con cáscara de limón. Eso los llevó a investigar y encontrar estudios de un instituto sueco sobre los efectos de un compuesto del limón en la salud prostática. Descubrieron un suplemento natural basado en esa investigación.
Luis empezó a tomar dos cápsulas al día y, en pocas semanas, notó mejoras: menos idas al baño, menos ardor, y más firmeza. Al cumplir 30 días, pudo mantener una erección completa por primera vez en años. Hoy, tras seis meses, dice sentirse mejor que a los 40.
“Volví a sentir placer. Volví a desear. Volví a ser deseado.”
Su consejo para otros hombres: “No esperes a perderlo todo. La masculinidad no vuelve sola, pero sí se puede recuperar.”
Ramiro Montalvo - 58 años - Cuenca, Azuay – Ecuador